jueves, 17 de abril de 2008

Escribime otro poema

Dime tu, si así lo quisieras
Que me entierre de cabeza en algo que no me gusta
Porque si he de saltar al vacío
Escribime otro poema

El amor es algo increíble
Que te hace hacer mil pavadas
He aquí mi queja
En caso de que quieras escucharla

Saltar al vacío no es tan malo
Pelear con la desdicha del amor sin corresponder
Porque se que tu me amas
Pero no me pidas lo mismo a cambio

Fácil es quejarse de que no te llamo
Ni de que no respondo los sms
Salir a darle de comer a los patos
Pero tal vez tu no veas algo

Que si me llamas 17 veces
A las 6 de la mañana
No me cae simpático
Me dan ganas de matarme

Por eso te digo
Si me pides que salte al vacío
Escribime otro poema

Prefiero suicidarme
Antes que verte, o volver a leerte
Que te quede claro

Chica de sábado

Lo bueno fue que la chica del sábado se trató de una cita verdadera, en el sentido de que no tuve que apelar a mi imaginación para ponerme en situaciones sino que las situaciones se dieron y pude sentir, al acercarme a ella, el olor particular que produce el miedo y que cualquier cazador sabe reconocer. Lo malo es que el olor emanaba de mí, de mi garganta haciendo glup al verla cruzar la plaza derecho a mi encuentro; de mis ojos que se esforzaban por salir de la vista de sus tetas; mis manos que se controlaban para no agarrarla por la cintura y acercarla a mis labios.
Y fue con mis manos la situación más clara en la que tuve que ponerme a prueba, porque si bien no se mandaron descaradamente a raptarla por la cintura para ponerla contra mi boca, sí arriesgaron un tímido abrazo, distraído abrazo, al terminar el café y ya encarar para la estación para que ella vuelva temprano y sana a su casa. Me puse del lado de la calle, como corresponde al caballero, y sin dejar de hablar empecé a rodear su cuerpo mientras yo temblaba por el temor a lo que pudiera pasar.
- No es necesario que me abraces, no tengo frio. -Fue su reacción, y mi mano izquierda se replegó en mi campera y yo quedé rumiando porque quedé enfrascado, con tapa y todo, y tal vez el próximo sábado el tiempo sea bueno y ahí si, no voy a tener excusa para pegarme un poquito a ella.

martes, 8 de abril de 2008

Ese color que ahora llevas en tus cabellos

Ese color que ahora llevas en tus cabellos
neutro como azabache
duro como el rock;
me prende y me cuelga,
me deja tomado
ahí, en una esquina;
y ya recuerdo solo tu rostro,
tu cara enmarcada,
pero no expreso nada
porque por mas que lo quiera
sufro un susurro teñido sin voz.