jueves, 29 de noviembre de 2007

Tarde de sol por acá

¿Qué refrigerio buscás
en la nueva curva que se empina?
¿Saltar desde un bote,
hacerte pis,
pegar calenturas?
Las nubes pueden ser rosadas,
como en tus sueños,
pero sólo si volvés a la tardecita,
por la autopista,
rumbo al Oeste del Gran Buenos Aires.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ese ciervo en algún lado lo ví.

Anónimo dijo...

DAvid, ¿tal vez quisiste decir que todos los caminos conducen a Merlo? ... ¡Claro!, pues Roma queda demasiado lejos y allí las nubes no son arreboladas.
Saludos!
Wallis

.. dijo...

este poema me encanta
me encanta el final
las nubes rosadas en una autopista me dan una sensación de calidez y calma inexplicables...
muy del regreso a casa escuchando aspen.

Anónimo dijo...

Es muy tierno y desolador a la vez.