sábado, 9 de febrero de 2008

Algunas chicas prefieren dormir solas


Los verdaderos problemas

Prefiero mil veces morir despierto, con la pena de ver a todos llorar por mi partida, a que me refriegues tu asco por la cara: un asco caliente y húmedo que sabe bien pero deja mal aliento; aliento a sexo en la mañana, lejos de ser bueno porque me roba el dormir -y dormir panza al sol es lo que más deseo.
Hoy escapo una vez más, pero no completamente: prefiero aún no irme del todo, dejar aunque sea un pie pisándote. Si no fuera por la carga parental de estas líneas, las sucesivas y posteriores, todo habría terminado. Pero, por suerte, estás buscándo un padre estos días.

El amante

"Yo te maldigo", le grité con toda la saña contenida: "maldito flaco rubio, me cagaste. Por segunda vez".
A ella me la robaste sin que me diera cuenta, pero por suerte mis hierbas hicieron justicia y a tu estafa de camello le metieron el perro.
Luego trataste de hacer crisol y por tus estudiantes vendepatria lo conseguiste. Yo me resigno, por el momento.
Mi venganza será matarte, en el mismo momento en que asesine a mis esposas, treinta y cinco esposas en mi cuenta, mañana muchas más.

Historias de las castas

Tres generaciones sin adoptar hombres. La condena era firme y se prolongaba de gameto en gameto. Ahora la maldición podría romperse, quizás no.
Escaparé. Soy el maldito. Brujo condenado a la tierna hoguera, a abrazarse a las flamas, a llorar por lo efímero de las llamas, a embarrar sus lágrimas con las pocas cenizas que queden.

Algunas chicas prefieren dormir solas

Porque asqueo, porque no les gustan mis artes.
Duerman, duerman, princesas. Ya llegaran vuestros principes patriarcales que las raptaran al estilo gitanoide y con modales persas las azotarán si osan volver por mis pasos.

Tonta o tanto

"Andate", me dijiste y yo me asuste, tonta -o tanto que me escondí detrás de vos.

Currinches

El ajedrés en un juego muy, muy, común. Negra, esto no es para vos, que solo sos una ficha más para el populacho, pero para nosotros los blancos rusos, Reina, podés matarnos.
Cartas de amor.

Enviados especiales

De algún modo mi pene tendrá que entrar. Mintiendo mil veces; llorando quinientas; blasfemando tu vagina; vomitando entre tus labios; riendo por la exposición.
Algunas cosas lástiman, lastima que nos demos cuenta siempre muy tarde, cuando ya volvío la luz y el reflejo fantasmal se pierde en las sombras.

Patrañas

"Aquí estamos otra vez, sin nada nuevo que decir, solo egocentrismos, narcisismos, nombres propios. Tu alma es igual a la mía, pero yo pagué el premio al Diablo, ser mayusculo, suertudo acaso, que cometiendo cosas, es Amo y Señor en el Infierno, parte indiscutida del Mundo de tu Dios".

Baliza

Podés accidentarte amor, sufrir los cambios de la sociedad. Y vas a necesitar una mano ya que por más orgullo que hayan puesto mamá y papá sobre tus espaldas, 'ayuda' se te va a volver suplica.
No podré cambiarte la rueda pinchada, pero por lo menos voy a evitar que otros te choquen -y mi cuerpo macerado, después, intentaré que lo sanes.

Alter ego

¿Estoy loco por saber que solo con mis iniciales puedo ser más que cualquiera? Me romperan las nariz, perderé mi hermoso perfíl, pero estoy pegado a tu pedestal.

¡Abelita...

... Cuidado!

Lo creo porque es absurdo

Así se va desarrollando mi vida, bien sabrosa, bien papal. Yo, que solo soy un hombre, reniego de estos dos ojos que Dios me dió.
Me los saco, los pisoteó, con fuerza y los odio, odio, odio.

De pueblo bárbaro

Ah, con razón estás tan buena.

De la misma harina

Con que preparás mi comida poscenal, quiero que me hagas mis sopas -ricas y nutritivas sopas- y también los escones primaverales, esos que se toman en el porche con mate, mientras se saluda a los vecinos.
No convido.

Todas hieren, la última mata.

Por eso sos mi última mujer. No uses dagas.

Blasé

"Realmente, nos, las autoridades, estamos desconcertados. No sabemos hacia adónde apuntar. Quizás el loco este estaba buscando un record. Si es así, le queda poco, porque su prole no es mucha y en cualquier momento lo vamos a pasar".

Cliché

Así soy yo, un lugar común. Por eso te pido que no me busques, que no me quieras, que no me ames, que no me odies, que no me mates.
Ahora andate sonriendo y sacándome la lengua entre tu hilera de dientes.

Las 24 hrs. Las velas arden, pongo las manos en el fuego.

Mi amigo David me escribió esta carta para que te la entregue con mi firma:

Las veinticuadro horas pienso en vos, lo sabés. Eso no es muy bueno para mi salud. El otro día te esperaba para que pasemos una noche muy romántica. En el horno, milanesas (gran esfuerzo para mí). En la habitación Claro que si y luz ténue de velas aromáticas.
Llamaste. No venías. Me quemé.
El médico dijo que tengo que pensar más en mí. Vení y poneme curitas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo que lo cortaste a propósito; la versión que yo leí era más larga. Exijan al cerdo que amplie!

Anónimo dijo...

Excelente muestra de habilidad con la pluma, gracias por dejarme leerte.