jueves, 17 de abril de 2008

Chica de sábado

Lo bueno fue que la chica del sábado se trató de una cita verdadera, en el sentido de que no tuve que apelar a mi imaginación para ponerme en situaciones sino que las situaciones se dieron y pude sentir, al acercarme a ella, el olor particular que produce el miedo y que cualquier cazador sabe reconocer. Lo malo es que el olor emanaba de mí, de mi garganta haciendo glup al verla cruzar la plaza derecho a mi encuentro; de mis ojos que se esforzaban por salir de la vista de sus tetas; mis manos que se controlaban para no agarrarla por la cintura y acercarla a mis labios.
Y fue con mis manos la situación más clara en la que tuve que ponerme a prueba, porque si bien no se mandaron descaradamente a raptarla por la cintura para ponerla contra mi boca, sí arriesgaron un tímido abrazo, distraído abrazo, al terminar el café y ya encarar para la estación para que ella vuelva temprano y sana a su casa. Me puse del lado de la calle, como corresponde al caballero, y sin dejar de hablar empecé a rodear su cuerpo mientras yo temblaba por el temor a lo que pudiera pasar.
- No es necesario que me abraces, no tengo frio. -Fue su reacción, y mi mano izquierda se replegó en mi campera y yo quedé rumiando porque quedé enfrascado, con tapa y todo, y tal vez el próximo sábado el tiempo sea bueno y ahí si, no voy a tener excusa para pegarme un poquito a ella.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno cerdo, me gusto. El primer párrafo me recordó a ciertos pasajes de "El Perseguridor", el gran cuento por exelencia de Julio. Me gusta esa elegancia, delicadeza y sutileza con la que te referiste a ella. Al menos algo escrito quedara de aquel encuentro. Un beso

Anónimo dijo...

Es "El Perseguidor".

Anónimo dijo...

No veo mucho delicadeza, después de todo dice "tetas" y no "pechos". Lo que veo es pasión, la pasión del niño ante lo desconocido o casi algo así.
Y todos entendimos, maga, a qué te referias.

Anónimo dijo...

Los prismas a través de los cuales los hombres miran a las mujeres son ridículos. Si ella se costeó, ella te quiere a vos. Pero dale tiempo para dudar, no hagas que te muela a palos la notoriedad.

Anónimo dijo...

Bueno buena historia, pero un tanto infantil en fin somos asi los hombres quien no tuvo una cita de esas,............